martes, 5 de julio de 2011

Valor y fuerza: Fernando Escartín (I)


Cada vez que me nombran a Abraham Olano se me revuelve un poco el estómago. El niño mimado de la prensa española, el que iba a sustituir a Indurain. Y me viene a la cabeza el muchacho clavado en el Mortirolo con la maglia rosa mientras JJ.Santos, su gran valedor, balbuceaba excusas inconexas en la pardísima emisión de Telecinco. O cómo se hizo Campeón del Mundo porque el tibio Indurain le controló la carrera. Olano clavado, siempre clavado, administrando su renta en las cronos sin la elegancia de Anquetil. Pero bueno, que este es el post dedicado a uno de los grandes (el segundo tras Perico Delgado en mi ránking emocional): el aragonés Fernando Escartín.
Fernando Escartín escalaba a chepazos, como si cada movimiento de cadera fuera un piolet de filo grueso clavándose en lo más profundo de los picos fronterizos. Fernando apretaba los dientes porque cada pedalada era un esfuerzo y nosotros, viéndolo por la televisión, tratábamos de sostenerlo con el aliento de nuestros gritos. Fue en la Vuelta a España de 1993, una crono que se disputó en Zaragoza, me aposté horas antes en la calle Gascón de Gotor con mi padre y recuerdo que cuando pasó Fernando se elevó una ovación salvaje, a Escartín se le quería (aunque hay que reconocer que unos puestos después llegó Perico y en ese momento parecía que ardía el misterio). Aquella crono la ganó Melchor Mauri (el que se llevó la Vuelta del 91 frente a un Indurain en las puertas de la gloria) y aquella vuelta se la repartieron Alex Zulle (las gafas más grandes a este lado de Antonio Díaz Miguel) y Tony Rominger (la evolución de ese hombre hay que analizarla), suizos en equipos españoles. Recuerdo también un verano de vacaciones en Vigo con unos cuantos aliados Margot, debía ser el Tour del año 2000, y llegar de madrugada y ver los resúmenes de la etapa por la televisión, sin saber los resultados, y Fernando llegaba en los grupitos de cabeza y el tío esprintaba, sin opciones de ganar, pero el tío esprintaba... se ha hablado mucho de la gran victoria en la etapa reina del Tour de 1999 (y aquí tendremos tiempo de hablar de eso, como de lo CABRÓN que fue Juan Fernández, director de CLAS, sacándole de la lista de la Vuelta a España del 95 porque había fichado como jefe de filas por el Kelme) pero quiero recordar que Fernando Escartín, para mí y creo que para muchos aficionados al ciclismo, es parte de una historia hermosa, la de los esforzados de la ruta.

Grande Escartín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario